Aprovechando que tengo el día completamente libre hoy os voy a hablar de una escapadita que hicimos el 27 de octubre. Se trata de un recorrido por algunos de los lugares más famosos (y visitados) de Tokio.
Partiendo del campus de Kokugakuin en Shibuya, el primer destino fue ni más ni menos que Meiji Jingû, o lo que es lo mismo, el santuario Meiji. Ubicado en pleno centro de la ciudad, este templo fue construido en 1920 (completado el año siguiente y oficialmente finalizado en 1926) en honor al emperador Meiji y su mujer, la emperatriz Shôken.
Partiendo del campus de Kokugakuin en Shibuya, el primer destino fue ni más ni menos que Meiji Jingû, o lo que es lo mismo, el santuario Meiji. Ubicado en pleno centro de la ciudad, este templo fue construido en 1920 (completado el año siguiente y oficialmente finalizado en 1926) en honor al emperador Meiji y su mujer, la emperatriz Shôken.
La verdad es que es una de las visitas obligadas en Tokio. Un templo con encanto en el que es sin duda uno de los pulmones de la ciudad, una zona con mucha vegetación que contrasta con la selva de cemento a minutos de este mismo lugar.
Entrada al templo
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Barriles para alcohol (vacíos) como ofrenda
Barriles en detalle
Torii o arco tradicional japonés
Bonsáis serie 1
Bonsáis serie 2
Bonsáis serie 3
Al otro lado del arco
Torii que da al santuario
Plaza del santuario
En el santuario Meiji se llevan a cabo bodas a través del rito shinto. Tuvimos suerte y pudimos ver parte de la ceremonia de una de ellas. Después de la foto de la novia y de la pareja os dejo un vídeo en el que tanto ellos como los invitados desfilan de manera muy solemne por el lugar.
Por cierto, aquel día estaba estaba lleno de familias con pequeñines
llevando unos kimonos la mar de coloridos y vistosos. Unos ejemplos:
Apunte cultural: la palabra kimono proviene de la fusión de la primera parte del verbo kiru, que significa "llevar" y mono, que en japonés significa "cosa". Vamos, literalmente sería "lo que se lleva puesto".
Os dejo con otros vídeos del santuario:
La siguiente parada fue la Tokyo Tower, una construcción de 333 metros de altura inspirada en la Torre Eiffel pero que se diferencia de esta por sus colores, blanco y naranja (siempre pensé que era roja pero es un tono de naranja conocido como naranja internacional). Esta torre es un icono del país y es una habitual de películas, manga, anime...
Una foto típica de Tokio suele ser una panorámica nocturna en la que aparece la Tokyo Tower iluminada presidiendo la ciudad. Espero poder hacer esa instantánea en algún momento de mi estancia aquí.
Aparte del mirador de turno en la torre podemos encontrar, en los distintos niveles, restaurantes y una gran cantidad de tiendas de souvenirs.
Vistas desde el mirador
Uno de los muchos cantos al amor, la esperanza y/o la felicidad colgados dentro de la Tokyo Tower
Tras comer en uno de los restaurantes de la torre (un bufé chino bastante olvidable) nos dirigimos al Palacio Imperial. Esta visita en concreto fue bastante decepcionante porque solo tuvimos acceso a la Explanada Imperial. Los jardines del Palacio se abren dos días al año, el día del cumpleaños del Emperador, el 23 de diciembre y el 2 de enero. Os dejo con las fotos y el vídeo de rigor.
Estatua de Kusunoki Masashige, ejemplo de la lealtad samurái
La zona visitable un día normal es realmente escasa y es curioso porque este es uno de esos sitios que aparecen en TODAS las guías. Aquí se construyó, en 1457, el castillo Edo, siendo tal vez el más grande del mundo. Ha sido destruido y reconstruido varias veces a lo largo de la historia (la última, durante la II Guerra Mundial).
La última parada en nuestro tour por Tokio no era otra que Asakusa, zona de la que ya os he hablado en una entrada anterior.
Eso es todo. Espero que os haya gustado este recorrido por la ciudad. En breve más y mejor. ¡Nos leemos!
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