El domingo pasado la universidad nos llevó a Kamakura. Esta ciudad, situada a 50 km al suroeste de Tokio, da nombre al periodo histórico japonés comprendido entre los años 1185 y 1333, y es el lugar desde el que los Minamoto, el clan de shogun dominante en aquella época, lideró el país con el que fue el primer gobierno samurái.
En la actualidad los principales atractivos de esta zona son, además de las playas (transitadas sobretodo en verano y los días de mucho viento), la multitud de templos y santuarios que podemos encontrar. Sin embargo, hay uno que destaca sobre el resto y ese es Kôtoku-in. Este templo cuenta con lo que podríamos considerar no solo un icono de la ciudad sino también de Japón, un elemento fotografiado y retratado hasta la saciedad. Se trata del daibutsu o Gran Buda, una escultura de bronce de más de trece metros de altura. Como curiosidad, esta escultura, que hoy se encuentra a la intemperie, estuvo ubicada desde su creación (1252 aprox.) en el interior de un templo. Durante el siglo XV un tsunami acabó con la edificación dejando en pie tan solo esta representación de Amida Buddha que todavía hoy sigue resistiendo las inclemencias climáticas y otros desastres de la naturaleza.
Esta era sin duda una buena fecha para visitar Kamakura. En otoño, y con permiso de la primavera y el famoso florecimiento de los cerezos, Japón se viste con sus mejores galas. Entre tanto verde el amarillo, el naranja y un rojo intenso inician la andadura que terminará con la llegada del invierno.
En la actualidad los principales atractivos de esta zona son, además de las playas (transitadas sobretodo en verano y los días de mucho viento), la multitud de templos y santuarios que podemos encontrar. Sin embargo, hay uno que destaca sobre el resto y ese es Kôtoku-in. Este templo cuenta con lo que podríamos considerar no solo un icono de la ciudad sino también de Japón, un elemento fotografiado y retratado hasta la saciedad. Se trata del daibutsu o Gran Buda, una escultura de bronce de más de trece metros de altura. Como curiosidad, esta escultura, que hoy se encuentra a la intemperie, estuvo ubicada desde su creación (1252 aprox.) en el interior de un templo. Durante el siglo XV un tsunami acabó con la edificación dejando en pie tan solo esta representación de Amida Buddha que todavía hoy sigue resistiendo las inclemencias climáticas y otros desastres de la naturaleza.
Esta era sin duda una buena fecha para visitar Kamakura. En otoño, y con permiso de la primavera y el famoso florecimiento de los cerezos, Japón se viste con sus mejores galas. Entre tanto verde el amarillo, el naranja y un rojo intenso inician la andadura que terminará con la llegada del invierno.
Novios en sesión fotográfica
Monjes tocando instrumentos varios durante una boda por el rito shinto
Esto es lo que se ve asmándose al balcón del comedor
Participantes del certamen Miss Kamakura
Gran Buda
Entrando al interior de Amida Buddha (por 20 céntimos)
Y dentro...no hay nada
Monje pidiendo limosna para continuar su peregrinación
El día estuvo nublado en todo momento
Museo de la literatura
¡Nos leemos en breve!
Me encantan las fotos, sobre todo la del hombre lámpara bebiendo sake...xD
ResponderEliminarMe impresiona lo extremadamente limpio y cuidado que se ve todo.
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