En directo desde Japón

¡Por fin! Ya estoy aquí y la verdad es que ha costado lo suyo (entre otras cosas un catarro que me tiene un poco marchito y un jet lag que al prinicpio no parecía tal).

Ahora mismo en Japón es la 1 de la madrugada y me gustaría poder decir que he aprovechado este primer día libre, sin embargo...el jet lag ha podido con todo.

 Foto completamente random

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Tres aviones y más de 18 horas de vuelo después, llegamos (en plural porque viajé junto a Gustavo, amigo y compañero del Máster con el que compartiré esta aventura) a Japón ayer a eso de las 18h, hora local (las 11h de la mañana en España). A continuación os destaco tres puntos que quiero comentar sí o sí:

• La primera de ellas es la llegada en avión a Dubái, una ciudad que por la noche se asemeja sorprendentemente a ese Los Ángeles distópico de Blade Runner. Es alucinante, en serio.

• Desconozco cómo serán el resto de compañías, pero estoy muy contento con Emirates, que es la empresa con la que he viajado. La tripulación muy maja y atenta, comida y bebida en todo momento...la única crítica negativa que puedo hacerles es que se les va un poco la mano con el aire acondicionado y ha sido precisamente ese baile de temperaturas aeropuerto/avión lo que ha hecho que me resfríe.

• En Japón llevan un rigurosísimo control de todos los extranjeros que entran en el país así que mientras los gaijin (extranjero en japonés) tenemos que hacer cola para que se aseguren de que somos buena gente, los nipones pasan casi sin despeinarse. Tras ese primer control en el que simplemente revisan el pasaporte y cuatro cosas más, hay otro relacionado con los bienes que transportamos en el equipaje. A mí me debieron ver cara de Melendi o similar porque me hicieron abrir una de las maletas, no sin antes preguntarme si llevaba pistolas, explosivos, drogas... En fin, es lo que hay.

A las 19h acabé de pasar el control y con el carné de residente ya en mis manos conocimos a Moteki, la chica que durante todo el verano nos ha ido informando sobre la beca y a la que he estado torpedeando con mis preguntas estos últimos meses. La verdad es que muy simpática y agradable, con un inglés fluido y muy enérgica.

Tras las presentaciones procedimos a cambiar el efectivo que llevábamos tanto Gustavo como yo encima. Y la verdad es que tuvimos suerte, la noche anterior estaba a 1€ ~ ¥96 y el martes lo encontramos a 1€ ~ ¥99. Por lo visto hoy ha vuelto a bajar así que como digo, fue cuestión de suerte.

Eso sí, todavía no había acabado todo, aún teníamos que coger un autobús (2 horas más de viaje) hasta Tama-plaza y después Ichihara, otro de los integrantes del equipo de Kokugakuin (la universidad que nos acoge), nos llevó directamente a Aobadai, donde se encuentra la residencia.

Sobre la residencia hay mucha tela que cortar. Desde su plantilla con la que solo podemos hablar en japonés (a la larga será mejor, pero de buenas a primeras...), hasta sus baños comunes, las habitaciones y más sobre lo que os hablaré en los próximos días.

Esta mañana nos hemos levantado prontísimo, a eso de las 6, y después de desayunar y darnos una ducha rápida, hemos salido a explorar la zona. Aobadai no es precisamente lo más bonito que hay en Japón pero tiene sus rinconcitos especiales. Sin ir más lejos un parque muy frondoso a escasos 5 minutos de la residencia. Además, hemos visitado ya algunas tiendas para aprovisionarnos de todo aquello que vamos echando en falta.

Imagen de Aobadai tomada desde el parque

Como comentaba al principio, aparte del catarro que llevo aún encima, el jet lag ha hecho que hoy nos echáramos una siesta loca de cinco horas por lo que hemos estado desde las 14 a las 19h completamente inoperantes. 

Para acabar, os adelanto que mañana tenemos la primera de dos sesiones de orientación sobre la universidad y el programa de estudios, por lo que seguramente tenga mucho que contar. Así pues, nos leemos en breve y a ver si en un par de días puedo hacerme con mi ansiada cámara de fotos, que las dos imágenes que he adjuntado se las debo a Gustavo.

¡Un saludo!