miércoles, 10 de octubre de 2012

Festival de agradecimiento por la cosecha (II)

Bienvenid@s de nuevo :)

Ayer lo dejamos justo en el momento en el que nos desplazamos hasta el arrozal para recoger el cereal así que continuamos con ello.

Unos días antes de la excursión nos avisaron de que la experiencia se componía de dos partes: la plantación y la recogida del arroz. La primera tiene lugar en junio y la segunda en octubre. Así pues, íbamos a saltarnos el ciclo normal y a experimentar antes la recogida.

Y a eso íbamos, a un campo cercano propiedad del santuario para aprender a recoger el cereal. El camino hasta allí duró algo más de cinco minutos y fue la mar de curioso. A la cabeza de la expedición iban una serie de organizadores portando unos estandartes y entre nosotros había otro par de ellos tocando la faluta. Os dejo un vídeo del momento en el que se ve la expedición hasta el arrozal.


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Después de llegar, el monje, que se desplazó también con el grupo, llevó a cabo un ritual shinto para purificar la tierra. Os dejo con una foto suya.


 Y a continuación unas imágenes en las que podéis observar el arrozal antes de ser "invadido" y otra en el que las familias van accediendo a él.



Una vez allí nos dieron una pequeña hoz para que fuéramos cortando los cereales. Sin duda alguna los que más disfrutaron la experiencia fueron los pequeñines. Aquí os dejo las pocas fotos que les hice faenando y otra mía, como si fuera otro niño más, vaya.







Un vez desbrozamos toda la zona...¡sorpresa! Como la plantación de arroz requiere mucha agua, aparecieron cientos de pequeñas ranitas así que, como no podía ser de otra manera, los nenes se pusieron a perseguirlas como locos. Otra serie de fotos dedicada a ellos. Las primeras cuatro instantáneas están protagonizadas por el mismo niño que en la entrada anterior tenía algunos problemas para quitarse las botas. La verdad es que es una monada de niño. En ellas podéis ver cómo captura una rana, la observa de cerca, vuelve a soltarla y finalmente se mira los guantes, completamente manchados.








Nosotros también nos hicimos con unas cuantas, mirad.


Para acabar la jornada, regresamos de nuevo al santuario, donde el monje ofició un ritual shinto. Algunos de los niños le ofrecieron parte de la cosecha y la pintura que os mostré ayer.


Por último, pudimos asistir a una representación muy especial. Creo que con el vídeo que os dejo a continuación sobran las palabras.


Gracias por leerme. En breve más y mejor.

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